Cuando compramos un mate lo que más deseamos es el momento en que ya está curado y podemos, al fín, tomar en él por primera vez. Creemos que cebar es algo sumamente simple. ¿Qué puede salir mal en tres simples pasos? Muchas cosas, para ser sinceros. Existen tantas formas de cebar, como materos en el mundo. Pero no te preocupes, estás en el lugar correcto para sacarte todas las dudas y convertirte en el experto cebador de todos tus grupos.
Cebar el mate es una acción que, aunque simple, está llena de trucos y técnicas que permiten que el resultado sea el mejor. Son los que van a permitir que la mateada se disfrute de principio a fin.
El elemento clave para poder disfrutar del mate, es tenerlo bien curado, principalmente si se trata de uno de calabaza. ¿Por qué? Porque es el envase quien absorbe el sabor de la yerba garantizando una mayor durabilidad para futuras mateadas. Si querés saber un poco más sobre la importancia de curar el mate y los porqué, te invitamos a que leas nuestro blog “Cómo y por qué curamos nuestro mate”.
Ahora sí, sigamos con lo nuestro.
Lo primero que se debe hacer es colocar yerba mate en el recipiente, dejando libre aproximadamente un cuarto de su capacidad. Luego lo ideal es inclinar el mate levemente hacia uno de los lados para que la yerba se distribuya y se forme la deseada montañita. Si sólo con eso no funciona, ayudate con la bombilla.
Recordá que la montañita es clave para que el sabor inicial perdure el mayor tiempo posible.
Del lado opuesto de la montañita va a quedar un hueco en el que posteriormente colocaremos el agua. Pero antes, te recomendamos humedecer la yerba del hueco con apenas un chorrito de agua fría o tibia (nunca caliente porque la yerba se quema). Espera un par de minutos a que se hinche para poder pasar al siguiente paso.
Pasado este tiempo resta colocar la bombilla sobre la yerba humedecida, procurando que toque la pared interna del mate. Hay quienes recomiendan tapar la boca de la bombilla con el pulgar durante este proceso, para evitar que se tape.
Pero ¿cómo cebar el mate?
Con la montañita armada y la bombilla en su lugar, estamos listos para cebar. El agua (cuya temperatura oscila entre los 80º y 90º) se vierte sobre la yerba donde está la bombilla. Es fundamental que no toques la yerba seca ya que es la reserva que se tiene para cuando la otra disminuya su sabor.
Cuando esto pase, el cebador cambia la posición de la bombilla para luego retomar la ronda. A esto también se le llama “dar vuelta el mate”. Consiste en trasladar un extremo de la montañita hacia otro lado del mate, manteniendo su forma. Esto se hace utilizando la bombilla como herramienta principal. ¿El resultado? Mate como nuevo, sabor intacto. ¡Ahora sí! El mate es tuyo. No olvides que la práctica hace al cebador. Disfruta de tomar mate sin que pierda su sabor original.